PRIMERA ETAPA POSTNATAL

Al igual que ocurre con los seres humanos, el hecho de nacer resulta bastante traumático para los cachorros; de repente, se encuentran expuestos a un ambiente hostil, muy distinto de ese otro cálido y mórbido "los cuernos uterinos" que les ha cobijado durante los 58 a 63 días que, por termino medio, dura una gestación. Han de enfrentarse primero con los efectos devastadores del tránsito a través del estrecho cerviz, luego con la musculosa vagina y la túrgida zona vestibular, para salir finalmente por la vulva, que, aunque muy dilatada, continúa proporcionalmente mucho más pequeña que su cabeza y cuerpo.
Y si bien en la mayoría de los casos los cachorros vienen aún envueltos por el escurridizo saco fetal y la membrana amniótica, que amortiguan esas, sin duda, escalofriantes sensaciones, no es hasta después de todas estas experiencias non gratas cuando se sienten finalmente suspendidos del cordón umbilical, que su madre corta y sutura con destreza, para luego prodigarles una serie de rotundos y violentos aunque amorosos lametazos que tienen por objeto secarlos - aunque a muchos les parezca increíble, estimular su llanto y, con ello, las primeras inspiraciones de aire fresco que ayuden a dilatar sus inmaduros pulmones y, al propio tiempo, con tanto vapuleo, expulsar el líquido amniótico que hubieran podido tragarse durante el tránsito y que estaría encharcando peligrosamente los pulmones.
Una vez nacidos, el criador tiene un papel fundamental, que es comprobar que cada cachorro respira normalmente, que su tórax se ha liberado por completo del liquido amniótico, que el ritmo cardíaco ha quedado establecido, que no tiene defectos congénitos y que todo esta normal. Luego se preocupará de asegurarse que todos maman sin dificultad, de que van ganado peso día a día, de que las heces y la orina son normales, de que la madre les atiende con pulcritud y diligencia, etc. y, si fuera necesario, enriquecerá su dieta con leche maternizada para evitar que pierdan peso y mantendrá siempre las mejores condiciones siempre dentro de la caja de parto y en toda la habitación. Durante las dos primeras semanas de vida, los cachorros permanecen en un estado de gran inmadurez, casi vegetativo. Su vida transcurre entonces entre mamar, dormir, y encimarse unos con otros y contra el cuerpo caliente y bendito de la madre (todavía no pueden termoregularse por si mismos), y orinar y defecar siempre que reciban los necesarios estímulos por parte de la madre que lo lamerá y masajeará insistentemente los genitales varias veces al día, o con la ayuda del criador, que realizará esa operación de manera similar, ayudándose con algodones humedecidos en agua tibia.
Ojos y pabellones auditivos están firmemente pegados por lo que los pequeños ni ven ni oyen. Sin embargo, y felizmente, estos tienen un prodigioso sentido del olfato y de la orientación. Durante años se pensó que en esta primera etapa postnatal, en la que el cachorro permanecía como ausente, sobre todo durante las dos primeras semanas de vida, la contribución del criador era, si no totalmente inútil, cundo menos innecesaria. Se creía que la madre se bastaba y se sobraba para atender a la camada y que nuestro papel debía ser pasivo o, como mucho vigilante evitar posibles accidentes, aplastamientos, etc. Hoy, sin embargo, está demostrado que en esta primera fase, llamada de impregnación, el cachorro, aún cundo parezca ajeno al mundo que lo rodea, es capaz de sentir mucho más de lo que pudiéramos creer.
Y es precisamente cuando se deben crear los primeros vínculos con el ser humano, si luego queremos que se adapten sin dificultades al medio social que les imponemos, que es el nuestro, no el suyo. Ha quedado comprobado que del correcto manejo que el criador haga de la camada durante estas cruciales semanas dependerá en gran medida la formación de un carácter confiado y seguro. Es el momento, aunque pudiera parecer prematuro, de sostenerlos en brazos, de mimarlos, acariciarlos, hablarles, acercarlos y hablarles, acercarlos a nuestro cuerpo y dejarles explorarlo como exploran el de sus hermanos y el de su madre, para que empiecen a archivar en su memoria una relación de proximidad con el ser humano. Es también el momento de mecerlos, de moverlos de acá para allá, incluso zarandeándolos un poco ( aunque esto pudiera parecer cruel así dicho ), pu4es ello contribuirá enormemente a desarrollar su futuro sentido del equilibrio y la adaptabilidad, por ejemplo, a vehículos en movimiento.
También, permitirá iniciar un sentimiento mayor de los dueños por los cachorros, lo que ayudará a responsabilizarse mas en su siguiente etapa donde el veterinario juega un papel importante en conjunto con los dueños de los cachorros ya que en esta etapa, postnatal que es del primer mes a los tres meses, su calendario de vacunación y su alimentación en la fase del destete al igual que su adaptación a su nuevo hogar será, en conjunto.
Desarrollo físico primario en el cachorro de corta edad:
- Abre los ojos 7-15 días
- Empieza a ver 10-15 días
- Se despegan pabellones y canales auditivos 14 días
- Despuntan los primeros dientes de leche 14-21 días
- Emite voluntariamente los primeros ladridos 18 días
- Se mantiene erguido con cierta facilidad 21 días
- Expulsa heces y orina sin necesidad de estimulación materna 21 días
- Adquiere la visón propia del adulto 28 días
- Es capaz de caminar y correr con cierta soltura 28 días
- Adquiere la capacidad auditiva del adulto 35 díase